Tomates raros y ricos en Quality Agriculture Farm
Abril 29 de 2022Tomates raros y ricos en Quality Agriculture Farm
Ramón Alvarado, de Quality Agriculture Farm, nos lanza la siguiente invitación: “Prueben cosas raras. Yo sé que a veces uno va al supermercado y ve vegetales raros y no se atreve a probarlos, pero arriésguense y prueben estas cosas, que realmente son muy buenas y nutritivas”.
Se refiere a productos como las 12 variedades de tomates ancestrales (“heirloom”) –con todo tipo de formas y colores– que cultiva en su finca en Aibonito, Puerto Rico.
Son cruces deliberados o “oops” que pasan en la naturaleza entre variedades, que dan resultados “exóticos y llamativos”, y super saludables. Todos son orgánicos y se cultivan con controles de plagas naturales o biológicos.
Los comienzos
Ramón entró a UPR-Mayagüez por ingeniería, pero sintió el llamado de la naturaleza, la biología y la agricultura. Se graduó de agrónomo en 2012.
El trasfondo agrícola ya lo tenía, por su padre: “Mi viejo tiene una finca de pascuas aquí en Aibonito y yo he tenido dónde sembrar”.
La idea de los tomates surgió de “una feria en California de vegetales ‘heirloom’”, donde vio por primera vez la gama casi infinita de variedades, formas y colores de que la naturaleza es capaz. “Yo entiendo que todo agrónomo en algún momento de su vida quiere sembrar algo y ser parte de un proyecto así”.
Determinación y persistencia
En 2016, “adquirí una finca aquí en Aibonito y comencé a practicar y desarrollarme en el cultivo de tomates ‘heirloom’, hasta el huracán María… Me tuve que ir de mi casa porque el huracán la destruyó y las estructuras en donde yo cultivaba”.
“Después de 9 meses, regresé a tratar de sembrar a la intemperie, pero el lugar era muy difícil porque llovía mucho. Estuve dando ‘swings’ al aire mucho tiempo. Invirtiendo, tratando de echar el negocio para adelante sin mucho éxito”.
En ese momento, regresó a la finca del padre, donde lleva tres años. La utiliza seis meses al año, pues alterna con la producción de pascuas de su progenitor.
Empezó a darse a conocer: “les vendía a restaurantes con los que yo hacía contacto directo con los chefs”. Entonces, “llega el COVID y se cierra toda esta industria de comida”.
“Honestamente, al principio tenía miedo, porque yo no le vendía a PRoduce. Hablé con Patricio y decido continuar con el proyecto, porque ya llevaba dos meses creciendo las plantas y estaban floreciendo y cuajando frutos. No te miento que me asusté y pensé tumbar todo el proyecto hasta el año que viene, pero se me dio la oportunidad de la salida del producto y lo continué”.
Hay esperanza
“Hice la página de Instagram justo cuando empecé con PRoduce porque quería enseñar el producto en las redes sociales y que más gente lo conociera”.
Esto ha llamado la atención, además de que la situación del COVID-19 ha despertado en mucha gente el deseo por productos de aquí: “Ha llamado mucha gente, especialmente de restaurantes veganos y vegetarianos que están interesados. De verdad el producto ha salido muy bien. Mucha gente me está llamando”.
Un día en la finca
Ramón describe un día de trabajo: “Lo primero que se hace es el riego. Se verifica, mientras se va regando las plantas. No usamos sistema de riego porque todas las variedades son diferentes. Hay unas que son más sedientas que otras”.
Después del riego, “casi siempre se hace mantenimiento de podarlas, amarrarlas, verificar que no tengan plagas y mantener todas las áreas limpias. Hay que realizar un método que se llama “deschuponar” que se les hace a todas las plantas constantemente por los primeros tres meses. Consiste en eliminarles los bejucos que le crecen en los troncos porque, si se le dejan muy temprano, los tomates crecen muy pequeños”.
Y dos días en semana, ¡se cosecha!
El futuro
Al momento Quality Agriculture Farm tiene 12 variedades, pero para la próxima temporada aspiran a tener 17.
“El plan en el futuro es expandir a otros cultivos, luego de que me haga de una finca que sea propia. Si consigo una finca, me gustaría probar con otros vegetales, pero que sean “heirloom”. Que sean tomates ancestrales, pimientos, lechugas. Cosas raras. Nada que nadie siembre por ahí, me quiero enfocar en cosas que no haya en el mercado”, termina diciendo Ramón.
Nos convenció: ¡queremos probar más cosas raras!